¿QUÉ ES LA BIODIVERSIDAD PIRENAICA?
Cuando nos referimos a la diversidad biológica
(o biodiversidad)
de
los Pirineos, queremos hablar de la diversidad d'organismos vivos que habitan
actualmente en esta cordillera. Los Pirineos presentan unos índice de biodiversidad
muy superiores a los de las otras zonas montañosas. En efecto, la
orientación este-oeste de la cordillera jugó, en tiempos históricos,
el papel de una barrera arquitectónica que impedía el paso
de algunas especies, a la vez que les proporcionaba un refugio. De esta
manera, muchas especies de zonas árticas o frías están
presentes en los Pirineos desde la última glaciación, cuando
el clima terrestre se calentó y estas especies quedaron atrapadas.
Para otras muchas especies, la vertiente Sur de los Pirineos permitió
que encontraran una zona protegida contra los factores climáticos
adversos. Por eso es por lo que muchas especies consideradas mediterráneas
se pueden encontrar en algunos valles pirenaicos hasta los 1200 m. de altitud.
La decisión de conservar o proteger una especie, una comunidad o
un carácter
genético se resume muy a menudo a unos argumentos económicos:
¿cuando costará? Y, ¿hasta qué punto vale la
pena? El valor económico de una cosa es generalmente definido por
la cantidad de dinero que la gente está dispuesta a pagar por
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ella. Pero esta es sólo una manera de asignar un valor a las cosas,
y también a la biodiversidad. También podríamos considerar
los aspectos éticos, estéticos, científicos o educativos.
Aún así, la valoración económica básica
es, actualmente, mayoritariamente utilizada por los responsables de la conservación.
Cuando la pérdida de biodiversidad sea sinónimo de pérdida
de dinero, quizás los gobiernos y las corporaciones actuarán
para protegerla. El problema de la valoración económica de
la biodiversidad es que tiende a infravalorar el "precio" real
de los recursos, puesto que los costes de los daños ocasionados al
medio ambiente son ignorados, el pillaje de los recursos naturales se descarta
y los posibles valores futuros de estos recursos no se tienen en cuenta.
Pero no tenemos que perder de vista, que cada vez se impone
el valor estético de la naturaleza que llega a generar unos beneficios
considerables, muy superiores a los que se pensaba hasta ahora. El turismo
verde, o turismo ecológico, por ejemplo, es una fuente de ingresos
mayoritaria para muchos países y muchas regiones que han sabido
conservar su patrimonio natural y adecuarlo a esta nueva tendencia social.
Además,
la biodiversidad es un depósito de recursos para la especie humana.
De la diversidad biológica sacamos recursos alimentarios, recursos
energéticos, recursos médicos y todo un conjunto de otros
recursos vinculados directamente a la actividad económica.
En este sentido, podemos decir que la ganadería aun ocupa un lugar
determinante en la economía de mucha de la gente que vive en los Pirineos.
Efectivamente, las inmensas zonas de pastos que hay en las dos vertientes
de la cordillera sirven por nutrir a
una extensa cabaña ganadera de un importante valor económico.
Pero a la vez, en aras de la conservación de esta actividad económica,
ha sido cuándo el hombre ha malogrado o ha exterminado algunas
especies emblemáticas de la alta montaña pirenaica cómo
son: el oso, el lobo y el lince. Aun así, los tiempos han cambiado
y hoy día la Administración tiene recursos, tanto económicos
como técnicos, para hacer compatibles los intereses económicos
de los ganaderos con la existencia de estas especies que están
en el vértice de la pirámide biológica pirenaica.
No obstante, la reintroducción y la
llegada de estos viejos inquilinos de los Pirineos está generando
una problemática de predación en los rebaños que pacen
en los prados de la media montaña o en los prados de altura en verano.
Esto se entiende perfectamente porque les es mucho más fácil
y les produce un gasto menor de energía atacar a los rebaños
que perseguir a un rebeco, a un jabalí o a un ciervo. Y precisamente
por evitar esta predación es cuando entra en juego el
Perro
de Montaña de los Pirineos que desde tiempos inmemoriales
y hasta el comienzo del pasado siglo XX (época en que se
aniquilaron prácticamente estos predadores) se le había encomendado
la tarea de velar por el rebaño, o sea protegerlo contra cualquier
depredador sea de la clase que sea.
Entonces, podemos afirmar sin ningún género de duda, que
nuestro entrañable Perro de Montaña de los Pirineos se ha
convertido en una pieza fundamental para hacer compatibles las explotaciones
ganaderas con la existencia de los viejos predadores. O dicho de otra manera:
el
Perro de Montaña de los Pirineos es el garante
de que puedan vivir conjuntamente los predadores clásicos del Pirineo
con los rebaños no menos clásicos de nuestra cordillera.