EL PERRO DE MONTAÑA DE LOS PIRINEOS GARANTE DE LA BIODIVERSITAT
PIRENAICA COMO PERRO DE PROTECCIÓN DE REBAÑOS
Un trabajo milenario
En el Pirineo se ha usado tradicionalmente el Perro de los Pirineos
(antes también llamado perro ganadero o mastín y hoy en día
Perro de Montaña de los Pirineos) como perro de protección de
rebaños ovinos y caprinos. El retorno a la cordillera pirenaica de grandes
predadores como el lobo y el lince, la recuperación del oso y la aparición
de los perros errantes que atacan a los rebaños, ha creado la necesidad
de volver a usarlo como perro de protección de rebaños.
Como una oveja más
El instinto de protección está fijado en su genotipo, pero para
que la protección del rebaño se haga sin fisuras, se le ha de
someter al protocolo de la impronta. Esto quiere decir que desde muy pequeño
ha de convivir permanentemente con las ovejas, minimizando su contacto humano
y aplicarle un manejo muy especial. Así se crean
unos lazos afectivos muy fuertes que se convierten en una aceptación total
y recíproca. Su familia son las ovejas y su instinto hace que reaccione
contra cualquier amenaza potencial al rebaño.
Protegiendo su rebaño
Lo podemos encontrar dentro del rebaño, -como una oveja más-
a su alrededor creando una zona de seguridad o encima de un montículo
dominando la zona de pastos. Ante cualquier indicio de peligro su reacción
es ladrar a la vez que se interpone entre la potencial amenaza y el rebaño.
Su colosal envergadura y sus ladridos graves y sonoros son suficientes en la
mayoría de los casos para disuadir a los potenciales enemigos pero, si
no es así, puede llegar al enfrentamiento.
¡Atención! ¡tu eres un desconocido!
Cuidad vuestro comportamiento. Cualquier circunstancia que pueda perturbar
el ritmo del rebaño: excursionistas a pie, en bicicleta o en moto, paseantes,
animales domésticos o salvajes; pone en alerta al perro de protección.
Por favor, ¡Guardad las distancias!
Si os encontráis un rebaño en la montaña, como precaución
tomad las medidas siguientes:
- Guardad las distancias.
- Contornead ampliamente el rebaño.
- Si os acompaña un perro, atadlo.
- Si se os acerca un perro de protección tened cuidado con los comportamientos
anodinos: si vais en bicicleta, bajad; no le deis comida; no intentéis
acariciarlo; no lo fotografiéis; no levantéis los brazos ni
hagáis ningún gesto brusco y por descontado no lo amenacéis
porque el perro de protección podría interpretarlo como una
agresión.
- Si a pesar de ello os impresiona su presencia, adoptad un comportamiento
calmado y pasivo sin dar muestras de intranquilidad, dad media vuelta lentamente
apartándoos de él. Puede ser que os olfatee y os acompañe
un trecho y después volverá al rebaño.